No cabe duda que a la ciudad que nunca duerme, le agrada comer. A pesar de que eso no se refleja en la singularidad de la Gran Manzana —que a todo el mundo le agrada comer— sí se nota en las maneras que los neoyorquinos idearon para disfrutar de su comida. Considerablemente distinto de la mayoría de los demás lugares en los EE.UU., debido a su gran tamaño y su demografía diversa, la ciudad de Nueva York también ha crecido en términos del desarrollo de su propia cultura culinaria. Esa cultura, como la ciudad, es increíblemente diversa: dado que aquí se establecieron distintos grupos de inmigrantes del mundo y compartieron sus mejores platillos con la ciudad, con el paso de los años, la comida se ha convertido en una parte esencial de cualquier experiencia que tome lugar en la legendaria jungla de concreto. Con apego a dicha diversidad mencionada, a continuación nos referiremos a los siete alimentos más emblemáticos de la ciudad de Nueva York.
Pizza neoyorquina
Este tradicional platillo italiano —uno de los alimentos más populares del mundo— cobra vida propia en Nueva York. A diferencia de lugar donde nació, si la pizza se compra en un establecimiento en Nueva York, ésta se sirve comúnmente en trozos, no en piezas enteras; por otra parte, si se ordena la pieza entera, lo más común hoy en día es que se haga a través de los servicios de entrega, y no en los establecimientos. Ciertas excepciones notables son algunas de las primeras pizzerías que abrieron en la ciudad de Nueva York en la década de 1900 (Lombardi’s en el Soho y Grimaldi’s cerca del puente de Brooklyn). Cuando se prepara bien —con una delgada corteza estirada a mano, mozzarella fresco, una cantidad mesurada de salsa de tomate y con un amplio radio— la aparentemente sencilla combinación de pan, salsa de tomate y queso, se transforma inexplicablemente en el alimento que por lo general, la ciudad más grande en los Estados Unidos más disfruta.
Bagel neoyorquino
Otro alimento, el cual apareció por primera vez en el radar neoyorquino a principios del siglo XX (éste, gracias a los inmigrantes judíos de Polonia), es, como la pizza, un elemento básico del aspecto culinario de la ciudad. La forma más simple del bagel se compone de pan blanco hervido con una corteza crujiente y brillosa, y un agujero en el centro, está tostado y tiene mantequilla untada en el interior. Ya que su popularidad creció mucho a lo largo de los años 50 y 60, se hizo común integrar cada vez más alimentos en los bagels; la combinación clásica de Nueva York lleva lox (salmón) y queso crema. Para quienes viven la vida con el ritmo incesante de la ciudad, un bagel es el desayuno perfecto. Se prepara con la rapidez ideal, tiene las calorías suficientes para llegar a la siguiente comida y es exquisitamente apetitoso por su mezcla perfecta de dorado y suavidad. Especialmente, si se prepara en los lugares con la mejor calidad – Leo’s Bagels, Ess-a-Bagels, Absolute Bagels – no hay muchas mejores maneras de comenzar el día.
Cheesecake neoyorquino
El postre estadounidense por excelencia también tiene un lugar especial en el mundo culinario de la Gran Manzana. Esta variación del cheesecake se prepara, como la mayoría de los otros, con crema de leche o crema agria, pero, sobre todo, sin ingredientes ni sabores adicionales. Una rebanada del verdadero cheesecake neoyorquino luce simple: una pequeña pirámide blanca de sabor dulce, con una deliciosa consistencia cremosa; es una combinación intensa de una estructura espesa y una consistencia blanda. Los lugares populares para probar cheesecakes son Eileen’s Special Cheesecake, Ferrara Bakery & Café, Jean Danet Pastry en Brooklyn y Junior’s Cheesecake.
Hot Dog
La creación originalmente alemana de una salchicha alargada entre dos piezas de pan, se ha convertido en uno de los símbolos de las cadenas de comida rápida en todo el mundo, y sigue siendo muy popular particularmente en Nueva York. Hay cientos de lugares (por no hablar de los innumerables vendedores ambulantes) en todo Nueva York que preparan perros calientes excelentes, siendo Mile’s End Deli, Crif Dogs en East Village y Gray’s Papaya, algunos de los mejores. En todos estos lugares (por supuesto, como con cualquier otro alimento) notarás que los neoyorquinos les han dado su propio toque: cualquiera que prepare perros calientes en los cinco condados, te dirá que se deben comer con mostaza amarilla y una pizca de cebollas al vapor. Las variantes menos auténticas, aunque casi igual de populares en Nueva York, llenan los huecos con col o chile y un poco de buen tocino para taparlo todo. Para el más simple de los paladares, no hace falta más que verter un poco de salsa de tomate sobre la carne y engullir.
Sándwich de pastrami
Atribuyendo su popularidad en gran parte a la preparación de su carne, este sándwich tiene un lugar en casi todas los delicatessen y escaparates de la Gran Manzana. Para preparar pastrami, la carne de res por lo general se sala y se prensa, se condimenta fuertemente con hierbas y especias, después se ahúma y se cuece al vapor. Los entonces cortes planos y firmes se colocan entre el pan de centeno y se mezclan con mostaza picante de color marrón para crear el intrincado sabor de este alimento neoyorquino. Introducido inicialmente por la población judía de Rumania en el siglo XIX, el sándwich finalmente llegó a los famosos Katz’s Delicatessen, donde sigue siendo el artículo más popular del menú. Sinceramente, en una búsqueda para encontrar los mejores lugares para comer en Nueva York, no es necesario que pidas lo que Sally comió en Katz; es suficiente con ordenar el sándwich de pastrami.
Gyro
A pesar de que el gyro es hoy en día la comida más importante en los establecimientos de comida griega de todo Estados Unidos, aún le hace falta ingresar en la cultura culinaria medular de la nación. No obstante, ya ha completado en gran medida la transición en el frente neoyorquino: los gyros son conocidos por todos a lo largo de la ciudad y han enlazado intrínsecamente la comida griega con la neoyorquina (al igual que la pizza lo hizo con la cocina italiana). Una mezcla de rodajas de carne de cordero o de pollo delicadamente cortadas, una mezcla de vegetales y la auténtica salsa tzatziki; servidas en un platón o, más tradicionalmente, envueltas en pan de pita. Aunque este último método es la manera más desordenada de comer un gyro, no resta valor a su popularidad; hay algo visceralmente satisfactorio en comer con las manos un jugoso gyro compactado elegantemente. Tony Dragonas y Gyro II son algunos de los lugares de mayor popularidad para comer platillos griegos, aunque cualquier restaurante, delicatessen y carrito de comida, con mucho gusto te servirán sus interpretaciones del exquisito gyro neoyorquino.
Pollo General Tso
El pollo General Tso es, quizás, la imagen icónica de la comida china en Nueva York. Aunque los inmigrantes procedentes de China de los años 60 y 70 desarrollaron tanto el estilo culinario como su nombre, el platillo nunca se arraigó del todo en su tierra natal. El éxito inmediato de este pollo dulce-amargo, frito y condimentado, que se entrega a domicilio en Nueva York (y, con el paso del tiempo, en todas las ciudades de los Estados Unidos) no tiene casi nada que ver con su contraparte de la provincia de Hunan en Taipei, donde aparentemente el platillo fue creado. Este alimento es uno de los que se consiguen más fácilmente en toda la ciudad, lo sirven en cualquier restaurante de comida china, delicatessen y patio de comida. Aunque la mejor opción cuando se trata de General Tso es, por supuesto, pedirlo para llevar o para entrega en cualquier establecimiento culinario respetable. Si bien no se trata del todo de auténtica cocina china, es un alimento neoyorquino por excelencia sin el que para muchos habitantes de la ciudad sería inimaginable vivir.
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